El sábado pasado he tenido la "típica"
cena que hacen de los nacidos en tal o cual año, en este caso de los nacidos en
el 70. Esta reunión suele hacerse cuando se cumplen los 30, 40 o 50 años, pero
no se sabe el por qué, en Betanzos los nacidos en el 70 no nos habíamos
organizado para reunirnos, y ya las generación del 71, 72 y 73 nos habían pasado
por encima.
Tenemos pagina en Facebook, tenemos
contactos, tenemos intención, pero ... no tenemos la iniciativa. Por lo que,
cuando mi compañera Esther, comenzó a insistir en que a ver si preparábamos
algo para juntarnos, pues me terminé de convencer de que alguien tenía que
tomar esa iniciativa. He de reconocer Esther, que sin tu insistencia, yo no
habría dado un paso al frente para solamente hacer lo poco que he aportado.
Han sido dos meses creo, hablando
con gente, buscando compañeros, pasando a propósito por sitios para ver si
coincidías con alguien, pidiendo teléfonos, etc., pero la gente no se animaba,
o por lo menos no lo demostraba.
Recuerdo que en algún curso del
colegio, he llegado a tener el número 44 en clase y había como 5 grupos, por lo
que el número de posibles asistentes en teoría tendría que ser numeroso. Pero
no sé el por qué, los del 70 no logramos crear esa simbiosis necesaria para
hacer una numerosa convocatoria. Y mira que le he dado vueltas a la cabeza: mucha
gente fuera de Betanzos, incluso fuera de Galicia; una fecha mala, pero nadie
puso objeciones a la hora de ponerla. Bueno en definitiva no quiero hablar de
los problemas, si no de lo bien que me lo pasé.
Por lo que he explicado
anteriormente llegaba a la cena con un poco de pesimismo ... solo vamos nueve...
, pero al mismo tiempo con la excitación del que se acerca a algo desconocido.
Nunca había asistido a una reunión de este tipo y a la mayoría de los
compañeros que venían, hacía años, pero muchos años, que no los veía.
La primera impresión ... las chicas
no han cambiado nada, a los hombres el tiempo nos trata peor, jajaja. A todas
podría reconocerlas en la calle, a lo mejor no les pondría el nombre con los
apellidos, pero por las caras no tendría problema en reconocerlas.
Después de los saludos y de las
primeras impresiones, pasamos al comedor y entonces ya fue una tormenta de
comentarios, que si este no pudo venir, que si este vive allí. Nos fuimos
poniendo al día de nuestros avatares y de las actuales circunstancias de la
vida. Después fuimos nombrando a todos los compañeros que fueron llegando a
nuestras cabezas. Os puedo asegurar a los que no asististeis, que en algún
momento de la cena fuisteis nombrados, por unas circunstancias o por otras,
vuestros nombres salieron en alguna anécdota o algún recuerdo.
Especial mención para las anécdotas
de la excursión de fin de curso de octavo, entre todos hicimos una
reconstrucción perfecta del viaje, con pelos y señales. jejeje.
Destacar y dar las gracias, con
mayúsculas a Karina. Por la cena, por el local, por sus contactos, nos pusiste
al día a todos, de todos. jeje, Los que no hicimos honor a la comida fuimos
nosotros, tanto hablar no nos dejó tiempo para disfrutarla como se merecía.
Lo que suele pasar en las reuniones
de muchas personas, es que veas a mucha gente, al principio saludes a algunos y
a la hora de sentarte a la mesa hables con cuatro. La diferencia de estar
pocos, y es el encanto que ha tenido esta, es que todos hemos participado en
una tertulia única, todos hemos aportado nuestros conocimientos de los que no
han venido y todos hemos disfrutado por igual de todo.
La noche se pasó en un tris, cuando
nos dimos cuenta eran las dos de la mañana y a pesar de que los comentarios
seguían surgiendo, todos tenemos una vida que debemos seguir atendiendo y
mañana es otro día. jeje
En resumen, la sensación de bienestar ganó al
pesimismo inicial. La alegría de ver a los compañeros ha convertido una
"típica cena" con la que iniciaba este artículo en una cena de
familia, en la que todos compartimos cosas y de las que te dejan el deseo de
repetir.
Daros las gracias a Esther, Nieves,
Toñita, Karina, Barbara, Isa, Milo y Nito, por la cena tan bonita, magnifica, es
que no sé que adjetivo poner, que me habéis hecho vivir, y revivir los tiempos
del colegio con vuestros comentarios y con vuestras anécdotas.
Solamente decir, que quedo pendiente
de la próxima reunión de la generación del 70, se haga cuando se haga. Y animar
a todos los demás integrantes de la generación del 70, que no han podido
asistir, a que se sumen a la siguiente y puedan compartir y vivir la misma
experiencia incomparable que yo he vivido en esta.
Moncho
... para los amigos.
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